Ácido bélico


–Vienes a mi casa, el día de la boda de mi hija, a pedirme que mate por dinero.
–Lo que quiero es justicia.
–Eso no es justicia, tu hija está viva. ¿Qué he hecho para que me trates con tan poco respeto?.

La vida no es justa, y lo sabes, pero siempre que esté a tu favor… ¡Qué poca vergüenza tendrías de aprovecharte de las injusticia! Aunque siempre hay veces que la vida te sorpresas, sorpresas te da la vida, ay, ay. Pero hay gente con mucho morro–y por mucho quiero decir más de mucho– te daría miles de ejemplos–ejem…políticos, ejem…–, pero como lo tenemos desde los que se las dan de originales cogiéndoles las ideas a otro, hasta los políticos con el seis por dos doce y me llevo diez, o la típica persona que hace algo que, por la discusión del rango de la matriz cuadrada, la culpa es del otro–eso siempre–. Una jeta impresionante los tíos estos…

Pero la cara más grande la tienen la gente de la “opinión pública”, que intenta crear conciencia manipulando los medios. Pero no seamos tan malos, los manipuladores no son mala gente, imagínate siendo el dueño de un periódico o un programa de radio o televisión, ¿eres malo y perverso por querer corregir la equivocada opinión del pueblo? ¿De verdad eres maquiavélico por ocultad parte de la verdad para que la gente no tenga que leer, tediosamente, datos que pueden hacerles ver bien la postura contraria a la tuya? ¡Vamos! ¿A quién se le ocurre preguntar eso? Lo que hacen los manipuladores es sólo hacernos todo el trabajo, así no tenemos porqué pensar y tomar postura, por favor.

Teniendo gente que pueda decidir por nosotros, que pueda decirte a quién votar, qué te gusta, con qué discrepas, o porqué la revolución es lo primero que hay que hacer con esta sociedad, pero no la que predica Pepe G Cervera, eh, que esa es muy mala–quien diga es tonto, pero él y toda su estirpe, lo que quiero es una sociedad pacifica, donde no haya maldad ni hipocresía. Sí, es mi utopía personal…–. ¿Para qué queremos leer que alguien ha hecho algo bueno? Eso es muy aburrido, ¿no? Y además lo peor es que si es de la competencia, puede darle buena imagen, y, como es la competencia, u oposición, las cosas buenas que haga no queremos saberlas. Eso sí, si alguien de los nuestros hace algo malo, mejor nos lo callamos que no nos interesa, ¿verdad? Mejor alzar sus grandes proezas, así, nosotros, como lectores crédulos, estaremos más contentos y no tenderemos a opinar.

Al igual pasa con los libros de historia, ¿de verdad nos interesa lo malos que fueron nuestros enemigos en la Guerra Civil–que, para nuestra desgracia, sigue presente…–o lo buenos y fuerte que fueron los nuestros, y viceversa? Y muchas películas igual. Si esa ardua tarea las masas tendrían su propia opinión, ¡su propia opinión! ¡Qué esperpento! ¡La gente con opinión! Menos mal que tenemos libertad para elegir qué película, periódico o libro de historia que nos influyan de la manera que más nos guste, ¿verdad?

Y por ello, quiero redactar el transcurso de nuestra Guerra Civil desde el punto de vista subjetivo de un gran periódico nacional que no mencionaré, porque no me ha pagado la publicidad:

La Guerra Civil española comenzó cuando, habiendo fabricado unos superpotentes robots MADE IN SPAIN, se rebelaron en contra de la sociedad española, pero entonces, alienígenas de más allá de la galaxia Andromeda, vinieron a socorrer a los españoles, esclavizados por los fuertes robots que habían construido. Andaba el año 1936, cuando llegaron, y esperanzados, los humanos fueron a recibirles, pero, para su sorpresa, los zombies se habían aliado con los alienígenas para comerse los cerebros humanos (…) Continuará en la próxima entrada.

Y ya sólo aclararle a Alberto Méndez que se puede hacer una versión cómica de Los girasoles ciegos–él se encargó de hacer el libro porno-erótico. ¡Y la gente leyéndose “Cincuenta sombras de Grey”, pudiendo leer “Los girasoles ciegos”!–, y que esta entrada, por si no lo has pillado, va todo, y repito, TODO en sentido irónico-sarcástico. 

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