También para escritores

Los mediocres sólo obtienen algo de gloria viendo hundir a los demás.

Existen situaciones, cosas que pasan por delante de nuestras narices, injusticias que nos llevan de impotencia, esa sensación de no poder hacer nada, y a mi, especialmente me fastidia la actitud de algunos que están en la calle, los cuales hasta por mirarles te dan una paliza–¿Estamos en la Edad Media o en el Imperio Romano, donde los "patricios" podían darle palizas a los "esclavos" cuando les viniera en gana? Que alguien me diga el año en que vivimos–, y no exagero, pues hace poco le ha pasado a gente cercana a mi. ¿Estamos locos? ¿Hemos vuelto al medievo? Ya esta, aquí se instaura la anarquía–anarquía violenta, eh–y todos contentos, ¿no?

Afortunadamente no pasa a menudo que agredan por mirar, pero cuando escuche el pretexto de la paliza se me cayó la cara de vergüenza por tener en mi misma ciudad gente como esa. Es que, ya de partida, pegar a otro humano es un acto totalmente antisocial, porque, si es verdad que hemos vuelto al siglo XII–no lo voy a comparar con el mayor atraso que tuvo la humanidad durante el holocausto y la Segunda Guerra Mundial porque, reconozco que me estaría pasando–, entonces perfecto, no existen derechos humanos. Pero no, seguimos en el siglo XXI, se supone que se está logrando la paz mundial, que se considera que una persona tiene dignidad, por lo que merece un respeto,  y canis del mundo, me dirijo a vosotros–bueno, sólo a los que no respetan a nadie–: No sólo sois vosotros los que tenéis dignidad–aunque algunos la pierden pronto–y merecéis un respeto, todas, y repito: TODAS las personas en la faz de este planeta tienen derecho a ser tratadas con dignidad.

Análogamente, a los ladrones–aquí entran tanto políticos como los no políticos–, los que no lo hacen para poder comer, sólo por cleptomanía. Los que abusan de la bondad de la gente, y estarás de acuerdo conmigo en que no sienta bien darle la mano a alguien y que te cosa el brazo, al siguiente que te pida ayuda no le vas a dar la mano, para no sentirte engañado de nuevo. Y he visto casos de gente a las que se les ha ofrecido una pequeña limosna porque no pueden llevar adelante lo suyo, y al día siguiente esperan que le le des la misma cantidad, de lo contrario se enfadan y pueden tomar represiones–que bueno es culpar al otro de su miseria–, como ya le has dado una vez, ahora pretenden que le sigas dando–ahora, no todos son así, hay algunos que son buenas personas, y humildes de verdad–. ¿Por qué no poner el ejemplo de los gorrillas? Esa mafia unipersonal que te cobra por aparcar el coche, sabiendo que no van a hacer ni el huevo por proteger tu coche, salvo que si no lo pagas, te destrozan el vehículo.

Y ahora ya los casos por los que más impotencia siento: el hambre en el mundo, gente tratada sin dignidad, esclavitud–no se sí para mi sería peor morir de hambre o verme privado de mi libertad en una jaula de un metro cúbico–, discriminaciones, dictaduras que sólo una persona manda y controla al pueblo como un mero objeto de consumo, los miles de casos de violaciones, bandas llenas de intolerancia, la opresión, la deforestación también me crea impotencia, cambio climático, hacer cosas por el planeta creyendo que soy el único que lo hace. Y lo que corona la impotencia, es el asesinato, matar a otro humano, por muy diferente que sea, ¿cómo puede haber gente que sea capaz de hacer eso? Y por extensión las guerras. 

Y ahora, lector, voy a ser lo más directo que pueda, debemos dejarnos de revoluciones que hace medio siglo tenían efecto, pero que a día de hoy no sirven de nada, y hagamos la verdadera Revolución, la que cambie la Tierra a un lugar mejor, quisiera que todas estas cosas que me crean impotencia desaparecieran. No quiero una revolución como convencionalmente se han visto, es una revolución pacífica, luchar por los derechos de aquellos que no los pueden tener.

Esta entrada está escrita desde el móvil, por lo que no sale todo el formato… la aplicación de Blogger para móviles no da para más.

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