El crepúsculo de los venidos
O cómo se escribe un blog con un martillo: si escribo en un ordenador con un martillo, mejor voy ahorrando para comprarme otro…
He estado pensando sobre la ventaja que tiene ser cani con inteligencia, se finge ser estúpido mientras los demás, como borregos te nombrarán su líder, y, usando dos o tres palabras cultas–o que por lo menos tengan una definición en el DRAE–te nombrarán su líder supremo. Y lo mejor, eres respetado por la sociedad–que acepta opiniones diferentes–, pero tú no tienes que respetar a nadie, pues es parte de tu nueva idiosincracia.
Eso sí, enemigos te saldrán hasta debajo de las piedras. Pero no de los árboles, pues en nuestro ecosistema no hay espacio para grandes árboles–si acaso un pequeño naranjo enfrente de tu calle… y poco más–. Y eso que yo vivo en una ciudad que no es muy grande, por lo que a pocos kilómetros tengo ya el campo, no me quiero imaginar cómo será una ciudad masivamente poblada.
Tengo que admitir que ya no lo es tanto–muy relativamente–, pero antes la humanidad era totalmente autista, pues creaba su mundo, y en él vivía con independencia de la naturaleza–antes del desarrollo sostenible–. Aunque ahora la situación es muy parecida, y, aunque no lo parezca, hemos mejorado desde esa sociedad del crack del 29.
¿Por qué la humanidad es autista? Es, básicamente, por que a penas depende de la naturaleza, cada vez menos, y se hace independiente, se fabrica sus propias cosas y él mismo las destruye cuando no le sirven. Si necesita comer, va al supermercado, si necesita un abrigo, va a una tienda, si quiere ir de un sitio a otro, usa el coche. Obviamente es un modelo de viva bastante cómodo que no cambiaríamos por nada.
Pero claro, ¿vivir tan sumamente aislados de la naturaleza es bueno? Para mi, desde luego, no. Reconozco que es muy cómodo el estilo de vida que tenemos, pero me gusta mucho ir al campo, al bosque–es ir a un bosque y encontrarte la Santa Compaña, a ver quién corre más–, o algún sitio en el que se pueda estar en conexión con la naturaleza, al estilo de un pueblo de sierra.
La utopía que propongo es una ciudad hecha conjunta a la naturaleza, construida de manera análoga, pero si te poner a pensarlo, ¿realmente es una utopía? ¿No has oído hablar nunca de los green building o la bioconstrucción? Son construcciones hechas con materiales de bajo impacto ambiental, o reciclados también–que solemos mirar con desprecio a lo reciclado–, ayudando así al planeta, y, económicamente, debería salir el edificio más barato. Pero no hablo de hacer una chabola, ojo, hablo de una vivienda que, además de usar materiales reciclados, use también energía limpia–podría tener un reactor nuclear en el sótano para calentar el agua–, al estilo células fotovoltáicas, o placas solares para el agua, aerogeneradores, etcétera.
Y te pregunto, ¿qué tendría de malo una vivienda autosuficiente que se construya cubriendo todas las necesidades humanas y a la vez de manera amigable con la naturaleza?
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