Ventajas de no ser político
Con diez cañones por banda, Viento en popa a toda vela, No corta el mar, sino vuela, Un velero bergantín… ¿Dónde habré escuchado eso, hombre?
Los políticos parece que solo tienen ventajas y más ventajas, pero hay cosas que un político no puede hacer, porque son cosas políticamente incorrectas. Hay muchas, pero las he resumido, ¡no vaya a ser que España se quede sin los muy necesarios políticos!–Ya pondré las ventajas de ser político, para conservar a unos cuantos, ¿verdad?–. Sin más dilación, las ventajas que tiene pertenecer a la case no política:
- Discursos: Está claro que uno de los inconvenientes de ser políticos es tener que responder a todas las pesadas peticiones de los ciudadanos, justificar acciones hechas, o cualquier otra chorrada con un discurso interminable en el que, en realidad, no se dice nada. Pero, ¿y qué me dices de la tarea de memorizarse el discurso que algún tío te ha escrito, con palabras que puede que ni las entiendas? ¿Y la pesadez de tener preparada todas y cada una de las respuestas a las preguntas que los periodistas preguntan para decir todo sin decir nada–como yo–? Todos sabemos que es muchísimo más fácil mandar al mismísimo carajo a aquel que te critique, o pregunte algo que no sepa.
- No ser duramente criticado por la oposición: Es algo obvio, porque tendremos gente que discrepe con nosotros, que nos critique todo lo que hacemos, y cada vez que hablemos nos apunten a la sien con un fusil de francotirador M24 SWS de calibre 7’62mm. Sin ser político, lo peor que nos puede pasar es que nos digan muy educadamente: “Discrepo con radicalidad de su postura”, a lo que yo le respondería me alegro por ti. ¡Sin más discursos ni más nada!
- Tener la cuenta bancaria limpia de pecado: una de las características de nuestros políticos es que en un ministerio se encuentran con un dinero y lo típico: seis por dos doce y me llevo diez. ¡Qué tedioso tener que ganarse las habichuelas blanqueando en vez de honradamente trabajando día tras día, sin que te lo valores suficientemente! Con lo divertido que es trabajar de sol a sol, sudando y agobiado para ganar tres perras. Y la emoción que tiene un asalariado a primero de mes al ver ese dinerito ingresado que le dará hasta la mitad del mes, y luego a esperar otra vez hasta el siguiente mes. No tiene ninguna emoción decir: ¿Otro millón más? Bueno, pues otro más.
- No tener que manipular los medios de comunicación: Lo pesado que es tener que controlar la televisión y radio pública para que todos piensen igual que tú, echar a periodistas, ocultar información, dejar mensajes connotativos ocultados intrínsecamente entre las noticias para provocar la reflexión del telespectador u oyente, pudiendo dar toda la información habida y por haber, y opinar sobre ello.
- No tenemos esa tensión constante en las elecciones: Bueno, sí, los que se posicionan dentro del anillo político, pero no con tanta intensidad. Esa inquietud constante el día de las elecciones, ¿ganarán las gaviotas o las rosas? Y mientras los pobres políticos sudando la gota gorda, agobiados por sí se diera el caso de que gane un partido diferente y no aliado a ellos, por si ganan los contrarios, si los ciudadanos se hartan de los políticos y el engañabobos que les han dado en la campaña no ha funcionado y se abstienen en masa y tienen que crear fundaciones cobrando "legítimamente" y no se pueden dedicar a ese hobby que tienen, blanquear. Eso que te ahorras si no eres político.
- No ser la cabeza de turco de todo: Que te echen la culpa de todo lo que pase en el país–aunque la tengan–nunca es plato de buen gusto. Que sí la crisis, que si la corrupción, que si mienten, que si engañan, que si blanquean y malversan dinero público. ¡Y aguantar manifestaciones en su contra! Yo no aguantaría eso–lo que pasa es que esta gente pasan del mundo, y les da igual una huelga o una manifestación–. Qué gesto tan valiente, ese de dar la cara.
Como has podido comprobar, no ser político tiene sus ventajas, aunque como todo tiene sus inconvenientes, pero como ya se saben, no los voy a contar. Ser político es muy noble–no tanto como la de un ladrón de coches–y difícil profesión que es criticada de facilona, pero quiero que quede claro que los políticos en España mueren por su pueblo, por sus votantes cuando, en el hospital, por un cáncer puñetero se lo va a llevar de este mundo canalla–antes no–. Cuando veas alguna campaña política, ten en cuenta el gran y tedioso trabajo de tener que prepararse bien y llevar a cabo el engaño. Cuando escuches un discurso, ten en cuenta la pesadez de preparar esa exposición, hecha para la gran sociedad, que tiene que dejarles el dinero.
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