Por la causa revolucionaria de Mafalda


Al más pleno estilo unamuniano: Los que más reivindican el respeto y la libertad son los que menos respetan y más oprimen.


Alberto Mendez, desde ya tomo postura en tu contra, en contra de Los girasoles ciegos, un libro horrible y parcial que nos obligan a leer en segundo de Bachillerato para crear consciencia común, cuando todos sabemos que igual de imbéciles fueron los de un bando que los del otro. Y no es interpretación mía–que he sufrido tu libro–: ¡Tengo tus palabras literales! ¡Qué rápido afirma el ignorante! 

Tras esta maldición gitana breve, sólo me queda entrar en materia, y como siempre me gusta empezar desde un punto de vista hipotético, imagínate un desierto–me encantan los desiertos–, ahora imagínate la lluvia, ahora un cielo estrellado, imagínate oyendo un concierto de Beethoven, el mar. Y ahora déjate de desvariar imaginando cosas extrañas y mira tu pantalla atentamente, compuesta por miles de píxeles que hacen posible la imagen, al igual que el desierto está formado por millones de granos de arena, la lluvia millones de gotas de agua, el cielo por millones de estrellas–si se ve desde un sitio que permita verse, que con la contaminación lumínica ya ni vamos a ver la Luna...–, el concierto por miles de acordes, sonidos que se entremezclan para formar la sinfonía, y el mar formado por millones de moléculas de agua y sal–cloruro de sodio, para los químicos–. Todos iguales, ninguno sobresale. 

Vale, pues, secamente, esta es nuestra sociedad, tu sociedad: eres solo un grano de arena, una gota de agua, un acorde afinado, un pixel encendido. Y yo me pregunto, ¿y qué? ¡Con lo sacrosanto que es el igualitarismo! ¡Todos por igual, sin aspiraciones, sin deseos, sin sueños!–¿sin sueños? Conmigo no cuentes–. Viviríamos todos en un estado de catarsis de felicidad siendo exactamente igual que nuestro compañero: cobrando lo mismo, misma manera de vestir, mismo corte de pelo, mismos gustos, mismas aficiones y aspiraciones… y ya dispuestos, ¡eliminemos las diferencias entre hombres y mujeres! Ya pueden sacar a la venta el aplastapitos y el aplastapechos, y ¡todos iguales! ¡Justamente lo que queríamos!

Y las pocas complicaciones a la hora de vestir, que ir siempre de gris, el tiempo que ahorraríamos en peinarnos si todos fuéramos calvos, por no hablar de lo rápido que conseguiríamos emparejarnos, pues todos tenemos los mismos gustos y aficiones. Todo ese tiempo ganado dedicado sólo y exclusivamente al trabajo, para hacer prosperar nuestra sociedad igualitarista, que, a pesar de lo que digan las malas lenguas, está en alza. Y que no sobresalga nadie bajo ningún concepto, que no haya nadie original, pues sería el fin de esta civilización, ese es una roca en el desierto, un trueno en la tormenta, un ruido en el concierto, un pixel que impide ver la imagen al completo, que en un principio no importa, hasta que su filosofía se expanda.

Lee Los girasoles ciegos, aprende de nuestra historia, posicionate políticamente, siempre dentro del círculo político, nunca vayas a tener ideas nuevas, nunca vayas, bajo ningún concepto a idear cosas nuevas, pues se le acabaría el chollo a nuestros políticos.

Ahora discúlpame, lector, porque voy a dirigirme a los gobernantes que predican esta sociedad gris, igualitarista e impersonal: ha habido un pequeño fallo en vuestro progreso. Nadie hace nada que no le guste por amor al arte, y con este igualitarismo, ¿para qué hacer las cosas mejores? ¿Para qué preocuparse? Hago lo mínimo para que no me echen del trabajo, para no suspender, y basta. Ninguna corriente filosófica o política debería determinar nuestras vidas.

Me llamo Pepe G Cervera, y no soy un grano de arena en un desierto, no soy una gota de lluvia, no soy un acorde más, y, por ende, no voy a ser una persona dentro de eso que ustedes llaman sociedad. De ser algo de esto, quiero ser un oasis en el desierto, el relámpago que ilumine el cielo lluvioso, el sólo de guitarra de Santana.

Comentarios

  1. Hay que destruir la propiedad privada.

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    1. Por supuesto, repartirlo todo, menos la bicicleta que es mía!

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  2. Hereje, arriba el Capitalismo!

    PD: Que arena mas shula no pepe?

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    1. No superan a los botines de Alex, pero sí, son "mu shulas"

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