Ventajas de ser político


Ese barco velero cargado de papas cruzó la bahía, se chocó con las rocas y se hundió aquel velero: qué pena de papas.


Señoras, señores, tengo una muy mala noticia–no tiene nada que ver con lengua, esa ya la diré el día de las notas cuando esté libre de tensiones por la subjetividad del corrector y etcétera, ya hablaré, ya…–: tenemos una grave crisis política. Ya sabía yo que sacar una entrada diciendo las ventajas de no pertenecer a la clase política tendría sus repercusiones sociales… Así que para que no nos lleguemos a quedar sin políticos, y procedamos a la más feroz de las anarquías y libertinajes, las ventajas de ser un experto en política:
  1. Generalización: Todos pensamos que hoy en día todos los políticos son corruptos, y malos malísimos–unos pensamientos sin ningún fundamento–así que, como la vida es injusta, tenemos dos opciones: O resignarnos como Sócrates y ser el “único” político que no robe, aunque te dirán que blanqueas igualmente; o también podemos aprovecharnos de la situación, al fin y al cabo, la gente ya sabe que los políticos malversan fondos públicos. ¡Buen rollo, que la vida son dos días, y uno está lloviendo!

  2. Posibilidad de pasarse por el pepino lo que le pase al pueblo: Lo molesto que es tener que ir a una manifestación para que se acaben los desahucios, que aumente el nivel de vida o los salarios, que se apruebe o cancele alguna ley que le guste o no al pueblo… La gran ventaja de ser experto en política es que tienes una gran insensibilidad frente a estas cosas–o unos (…) cuadrados–. Además, en las manifestaciones no hay sillones tan cómodos como los de los buenos despachos.

  3. Ser mencionado en el Carnaval de Cádiz: Ese verso de María la Hierbabuena coronando un pasodoble en tu honor. ¿Cuantas personas aparecen mencionada en un cuplé o un popurrí, salvo Juan Carlos Aragón? Si eres político, tendrás una gran publicidad por parte de chirigoteros y comparsistas, además de poder aprender de tus defectos para poder tener al pueblo mucho más contento. O no.

  4. Trabajo: ¡Tienes trabajo! ¡En España! Eso es una suerte, pero no la quiero enfocar en ese aspecto, ser político requiere un gran esfuerzo personal. ¿Y el aburrimiento que te quitará eso de encima? Y si te gusta la lectura, es una suerte, porque podrás leer miles de informes secretos a los que nadie tiene acceso, y de tener acceso nadie se los leería–por aburridos que son–. Considérate afortunado de tener entre manos archivos que nadie leerá. Y si no te gusta leer, pues sin problemas, con hacer como que te los lees… Además de lo entretenido que es preparar campañas para engañar a tus futuros votantes y ver cómo caen en la engañifa.

  5. ¡Protestas en tu honor!: Toda España sabrá tu nombre, ya sea reivindicando tu dimisión, en tu contra, echándote las culpas de las reformas hechas, o de las no reformas… Pero, ¿y qué me dices de esos versos coreados a miles de voces de la talla del Mester de Clerecía con la cuaderna vía usando con tu nombre? Ese ingenio de Góngora, de Béquer, de Federico García Lorca y de Valle-Inclán usados con el noble propósito de pedir tu dimisión. ¡Ni a la mujer más bella le dedican tantos poemas!

  6. English? If, if…yo talk of english very good: ¿Para qué quieres el inglés estando en España? Lo que fomentarás el patriotismo diciendo: “Yo, en mi país hablo castellano”. De la talla de un héroe nacional aquel que va a Gran Bretaña sin saber inglés y ellos ceden a él intentando hablar en castellano, el que va a EEUU y necesita un traductor para no ceder al inglés–para los que estén viendo el blog en otro idioma, esto no es una alabanza, es más una crítica hiriente a nuestros políticos–. ¡Qué maestría aquel que sólo habla español!
Hay muchas ventajas por las que meterse a político, así pues, renueven las filas, que esta generación se nos está desgastando–aunque empezó ya desgastada…–. Así, que: ¡a meterse a político, chavales!

Comentarios

más leídas