Sólo es una mancha en su pantalla

El tiempo y el espacio son una misma cosa, si se altera la una, se verá alterada la otra.

¡Buenas! Me he visto obligado a retrasar las dos últimas entradas escritas–la que era para hoy, y la de mañana–por tratar un asunto de extrema urgencia: ¡Me he quedado sin Colacao!, y… sí, eso es todo, hasta que vaya a comprar. Hasta aquí, en teoría, la entrada de hoy.

Pero no quería dejarte con tan poco, así que te diré una cosa que me di cuenta ayer, y es que una persona en un espacio reducido, aunque parezca mentira, puede hacer más cosas de las que cree. Te describo la situación: No se bailar sevillanas, pero eso es algo muy bien sabido, y yendo a la feria me vi en la obligación ético-moral de aceptar un baile–a los que se sumaron dos más seguidos posteriormente, como si yo supiera bailar y tal–. Y, bueno, comentarte el detalle que tuvieron los cantantes, dijeron: ole los que bailan regular, que mira, ¡me subieron de nivel y todo!

El primero no fue muy mal…relativamente… el segundo ya, con menos hueco, pero ya el tercero… eso eran 50 centímetros cuadrados para cada persona, por lo que bailar se convertía en una ardua tarea, y más para alguien como yo que no se sabe los pasos.

Y otra cosa es el tiempo que perdemos a diario, para empezar en la eternidad de la cola del supermercado, y esto lo digo porque, hoy, al ir a comprar el Colacao, he elaborado un nuevo principio empírico–basado en la experiencia–que dice que el largo de la fila es proporcional a la torpeza de la cajera–o cajero–para hacer que el tiempo que tardes sea el mayor posible. Creo que lo llamaré Principio de máxima tardanza.

Análogamente pasa con los ordenadores. Al igual que pasa en el supermercado, cuando tienes mucha prisa por hacer un trabajo, o algo urgente, el relojito de Windows, o ese circulito de Mac, aparecen más de lo habitual. ¿Por qué pasa esto? Ley de Murphy, quizás, pero siempre es así, más prisa, más despacio van las cosas. 

De ahí el refrán vísteme despacio, que tengo prisa, pues quiero hacer saber que también pasa lo mismo con el espacio: a menos espacio, más cosas se pueden hacer. Puesto que ya lo dijo Einstein: el tiempo y el espacio están hechos de la misma chicha.