¡En verso y verídico!


No, no estoy saliendo con esa chica, aunque no me importaría que hable de ello.

Esta entrada no iba a ser de lo que es, pero dadas las circunstancias lo es, y no puede no ser, porque resulta, que discutiendo con uno, un tanto aficionado a las películas clásicas–no revelaré su identidad, aunque esa persona ya sabe quien es–, sobre el final de Gladiator, defendiendo, yo, que es el mejor final que esa película ha podido tener, y la otra persona decía que acababa muy mal, argumentando que la muerte de Crowe era un a tragedia, y a los esclavos que liberó: ¡a tomar viento fresco! Sigo defendiendo que acaba de la mejor manera. 

Saltando a lo general–ya no hablo de ti, mi querido opositor, aunque Gladiator acaba muy bien–, personas, gentes, bichos con dos patas, y, no me atrevería a decir que hasta incluso autoridades–y digo no me atrevería porque últimamente parece que se ha promulgado una ley que dice que todo español ha de ser culpable en un juicio, o bien no tener la razón, y por miedo a represiones posteriores no digo nada–, que se imponen, que digo imponen, creen que se imponen, y que por regla de tres, se creen muy superiores a nosotros, las masas, esa plebe chusmática que son casi como cucarachas de alcantarilla. ¿Opinión? No, una cucaracha no tiene opinión. Pero un bicho con dos patas (humano) sí, y tú y yo somos tan bichos con dos patas que ese que vive felizmente en sus propios jardines flotantes de Babilonia, sin tocar el suelo–atención a la gran ironía de la vida de felizmente, porque esa gente que cree ser superior no vive en un mundo de rosas–.  

Pero ahora, eso sí, yo seré un bicho con patas como esa persona, pero para nada, y ojo a esto: PARA NADA, igual que un tío así, no en la cuestión ideológica, que por alguna extraña razón del destino puedo cambiar y hacerme soberbio como si lo fueran a prohibir–que tal y como está la cosa lo acabarán prohibiendo, pero ya hablaré yo de como esta la gran nación española, que gente como esta la está volviendo un cacho de tierra… –, me refiero en el tema, yo soy yo, tú eres tú, y cada cual por su lado que sea feliz, sin la utopía de que todos somos iguales, que con gente como esa me entran ganas de declararme abiertamente escarabajo–aunque prefiero el lobo–.

Y no me gustaría dejar este tema tan árido así, ahora, ojo al dato, porque resulta que esos bichos con patas también se sienten oprimidos–a ver, no se van a sentir oprimidos, si tienen un complejo de inferioridad como una casa de grande, pero eso ya es psicología avanzada–, pero tienen que seguir con su estatus, seguir rígidos como si se hubieran tragado un palo de escoba, bien estiraditos que se demuestre la superioridad que hay en ellos, por lo que recurrirán a la violencia, refutar todo argumento de su «opresor», e intentar dejarlo en ridículo, así como intentar dejarlo solo, volver a todo el mundo contra su «opresor», por lo que si te toca un plasta de estos, y encima elocuente, la llevas clara… aunque también puedes usar un antiguó método conocido como golpear con el látigo de la indiferencia, hacerle boicot invisible, lo que puede dañar su frágil ego y volverlo más huraño.

O por el contrario, la solución más utópica que puedo dar es que pases de lo que te diga, y le hagas ver que hay gente que lo valora–aunque para lo único que lo quieras es para que le parta un rayo o le den una mala puñalada–, y así, puede que a lo mejor, cambie para mejor. 

Pero como haya sido educado en el cuento y la fantasía de que es mejor que los demás y que la humildad es algo parecido a la caca sonriente de Whatsapp: boicot invisible, y algún vomitivo para que eche el palo de escoba que se ha tragado, porque no hay otra, personas así, que se piensan bichos con dos patas versión DELUXE, boicot invisible, y nada de garrotazo en la frente ni nada, recuerda esto: de tanto mirarse el ombligo, algún día se chocará contra un árbol y le obligará a mirar al frente.

Y déjame aclararte que, aunque es cierto que Gladiator acaba bien, esta persona y yo no llegamos a los puños, de hecho no creo que lleguemos en la vida, lo definiría como una discrepancia formal.

Comentarios

  1. El arte de decir todo pero no decir nada modo Pepe

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  2. Me gusta lo de modo Pepe...con un poco de práctica llega hasta a entendérsele...

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  3. Sigo siendo un anónimo de la calle Falúa, Pepe tú me entiendes...

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    1. El mismo que ayer me mandó una carta al buzón amenazando de muerte al difunto Hamster que lo tenia secuestrado? Es una alegría recibir anónimos sin que amenacen de muerte a nadie jajaja

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