¡Lo has leído!


Imagínese frente a la puerta de su frigorífico, lo abre en busca de morcilla extremeña, aun no sabe para qué la quiere, pero al abrir la nevera encuentra la negrura más absoluta. Nada ilumina el interior, ni siquiera la luz proveniente de la lámpara de la cocina se atreve a entrar en ella, lo único que ve es negro, introduce su mano para tantear el interior y es succionado por la máquina a otro universo.

¡Buenas! Tengo que darte una noticia horrible: Estaba yo hace dos días maquinando un plan para hacer, mediante una diferencia de potencial considerable, transformar el aire en un conductor eléctrico. ¿Para qué? ¡Pues para ver el color de los electrones! La cuestión es que no le vi mucho problema, contando con que en física, el año pasado, lo vi, y además saltaban a una distancia considerable, o sea, se veía un rayo medianamente gordo–y ahora pesarás si en mi instituto hacemos eso todos los días, pues no, por desgracia–, y quería hacerlo en mi casa, así que hice una lista de materiales: Pilas, preferentemente de petaca, y dos conductores de cobre–que son más baratos–, y ya está. 

No parecía mucho hasta que me dijeron la diferencia de potencial necesaria para un milímetro… para romper la rigidez dieléctrica necesitaría es de 400 a 3000 voltios por cada milímetro, por lo que necesitaría de 40 a 300 pilas de petaca de 10 voltios, pero como son de 4'5 voltios, necesitaría casi de 90 a 670 pilas de petaca conectadas en serie, una detrás de otra y un conductor lo suficientemente resistente a una corriente de 400 a 3000 voltios y ¡sólo para un rayo de un milímetro! A 2’5 o 5€–más o menosla pila, me costaría en orden de 225 o 450 a 1670 o 3350€, ¡y solo por un milímetro de rayo! O sea, na de na.

Aunque, con lo recientemente oído, nada me garantiza al 100% que vaya a ocurrir el fenómeno del rayo ni aún comprando las 670 pilas, y análogamente nada me garantiza al 100% que con una sola pila lo consiga y que, por el efecto túnel, el aire viole las leyes de la mecánica clásica y pase a ser conductor con 4'5 voltios. Según la física cuántica todo puede pasar.

Y es que desde Einstein–aunque el primero que hablo de todo este rollo fue Plank, pero Einstein fue el que sacó a la luz toda la artillería pesada cuántica–la física ha pasado a ser de lo más cool de la época, el saber supremo, a ser la incertidumbre más incierta de todas. El principio de incertidumbre de Heisenberg es otro que detonó los pilares de la física clásica, que decía que conocidos unos datos dados se puede conocer el resto de una situación, y catapum, todo eso a la caca sonriente de Whatsapp, ahora dos o más magnitudes conocidas te dan con probabilidad una tercera, pero puede no ser como decimos. Así se cumple otro de mis principios empíricos: Principio de la bomba–también el principio del trinitrotolueno o principio de la alta detonación–de Pepe G Cervera, en el cual afirmo que una verdad, una política o un modo de vida se aniquilan al ser presentado un nuevo modo o modelo que rompe con lo anterior y es socialmente aceptado. Entendiendo por sociedad el grupo de personas al que a destinado.

De mi principio te puedo dar miles de millones de ejemplos, tipo Steve Jobs con Apple, Nikola Tesla con la corriente Alterna, Marx con el comunismo marxista, Heisenberg con el principio de incertidumbre, Sócrates con su filosofía, o el ejemplo de cambio más radical que ha tenido el mundo, aunque haya gente que lo niegue: Jesucristo con el cristianismo, que lo cambió todo y más. Y me encantaría seguir poniéndote ejemplos, pero me ahora quiero volver a centrarme: la física antes, para mi, estaba muy limitada a esto por esto da esto, de forma que si variabas un parámetro se veía alterado el resultado, por lo que considero un avance que ahora todo esa por probabilidad, de forma que esto por esto es probable que de esto, pero no es seguro que lo de

¿Por qué digo esto? Es todo avance, proceso, seguir desarrollándolo todo, pero ahora una manera muy buena de probar nuevas cosas es esto da eso, pero ¿y si diera aquello? Luego todo cambia entorno a eso. Mi elocuencia falla al explicar esto–contando con que no es un texto de divulgación científica, y no es para nada objetivo, puedo decir con libertad que odio las patatas–, por lo que trataré de poner un ejemplo, usando el efecto túnel: 

Efecto túnel dibujado por mi
Tenemos una pelotita, normal y corriente, que ni es radiactiva ni es un,cuanto de energía que no tiene masa. No, una pelota verde de tenis. Esa pelota la hacemos subir por un montículo de un metro de altura, y la pendiente que tiene que superar es de 45º, y le damos una velocidad insuficiente para subir el montículo, por lo que bajará de nuevo. Si esta elevación, por razones trigonométricas, tiene un metro de diámetro, la distancia más corta a un punto, P, equidistante al punto de partida, P0, al otro lado del montículo es subiéndolo y después bajándolo, ¿no? Pues cómo que no. El camino más corto está a través del montículo, y eso es lo que dice el efecto túnel, que de cien mil millones de millones de pelotitas que mandemos con velocidad insuficientes para subir el montículo, sólo una violara las leyes de la mecánica clásica y pasará por ese túnel "cuántico" llegando al punto P.

La ventaja que yo le veo es la existencia de ese túnel, que me permite una salida más rápida que las tradicionalmente dadas, esto debería aplicarse a millones de cosas. La opción que nadie ve, la que nadie se percata es el detonante de la revolución.  

Y me callo ya porque, a parte de haber excedido el límite de palabras, te habré calentado en exceso la cabeza con la mecánica cuántica, y comprendo que no la llegues a entender del todo, pues quien entienda de mecánica cuántica no sabe de mecánica cuántica, así que hasta la próxima entrada.

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