Santa Albóndiga, mártir
No murió naturalmente, la mataron.
Mi más sincero pésame, lector, pues parece seguir viva, pero tengo que confesarte una noticia horrible: ha muerto, más bien, la han matado. Pero no hace poco, hace ya tiempo, pero su sombra es larga y su muerte sólo ha provocado temblores, pero está apunto de cambiar todo, porque el cadáver empieza a oler, y España entera llorará su muerte. Y somos tú y yo, los ciudadanos, los que sufrimos las consecuencias de su muerte, mientras sus asesinos se pasean tranquilamente con Mercedes–un gran coche, por cierto– oficial.
Fue muy longeva, tanto, que nadie sabe con exactitud su fecha de nacimiento y se desconocen sus progenitores, aunque durante gran parte de su historia ha estado entre rejas por razones que se escapan a su entendimiento. Ha vivido presa en dictaduras, totalitarismos, tiranías, opresiones, Inquisiciones, apartheid, racismo…
Le vendaron los ojos pero ella siguió viendo como pudo con el corazón. Privada de ver, sus decisiones fueron a peor. Ella, que jamás hubiera aceptado un soborno, que nunca se corrompería, la vejez y su desgaste físico lo cambió todo.
Los últimos años de su vida, viendo el bien de las personas desde sus vendados ojos, y todavía capaz de amar, y tomar las decisiones correctas y más justas, tomaba muchas veces las opciones que menos gustaban a los más codiciosos, los ambiciosos, los que, con usura, la mataron.
Su sombra ha sido larga, y ha habido gente que ha mancillado su nombre, gente que piensa que sigue viva, pero muy deteriorada, y otros, muy pocos, se han percatado de que ha muerto. Murió hace ya mucho, y solo ha provocado temblores en los cimientos de nuestra sociedad, porque hay gente que aún habla en su nombre falsamente, pero esto acabará y todo se derrumbará, entonces ella renacerá de sus cenizas, más fuerte que nunca, y reinará de nuevo la paz en el mundo.
Antes de irse dejó en nosotros parte de su enseñanza en nosotros, y por eso todavía parece seguir viva. Pero nada más lejos de la realidad, cuando veas a un político corrupto, un banquero robando, un famoso malversando fondos, o un preso de conciencia o inocente condenado, hambre en el mundo, pobreza extrema, un político haciendo lo que le da la realísima gana: señala, a los que hablan por la Justicia, pues ellos la mataron.
Y desde aquí, descansa en paz, Justicia.
Requiescat in pace |
Espero no haberte dejado con muy mal cuerpo, pero me tenía que dar este pequeño homenaje a las intolerables injusticias que hay en el mundo, y no solo hablo de España.
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