Predicho por los mayas el año pasado
Ya que no se ha acabado el mundo el 21 de diciembre, como decían los mayas, pasemos a la próxima profecía apocalíptica de la siguiente civilización perdida en el tiempo.
¡Buenas! Y ¡Feliz año nuevo! Y si para cuando leas esta entrada no es fin de año, pues espera al 1 de enero del año que viene y, pues mira, ya tienes el 2014, o 2015, o el 3012, (yo que sé) felicitado.
Y te habrás dado cuenta que aquí estoy hablando mucho de tiempo, año arriba, año abajo, pero en cuestión, el tiempo. Para empezar, debería definir qué es el tiempo, pero sé lo que es, siempre y cuando no me pregunten la definición. Lo único que puedo saber del tiempo es que no es constante, y no me estoy metiendo en la relatividad del tiempo de Einstein, sólo digo que hay veces que que pasa, que, oye, como si lo fueran a prohibir, pero sin embargo otras veces… va como si le hubieran dado al botón de pausa.
Digo, por poner un ejemplo, ayer en la fiesta de fin de año (ayer.… esta noche, déjame que me exprese así), miraba de vez en cuando el reloj–bueno, en realidad no lo miraba, porque no suelo llevar reloj a ninguna parte, simplemente desde el móvil, cuando iba a ver los mensajes que me mandaban por Whatsapp, miraba de reojo la hora–, y esto era: una vez, 1:34; me dije que, bueno, no hay nada raro. Otra vez, 2:06; vale, ha pasado un rato, puede haber pasado media hora perfectamente. Pero al rato otra vez: ¡¡Ding!! Saco el móvil ¡y eran las 3:00! Ya estaba yo un tanto "mosca", pero no por la fiesta. Creí que Apple me estaba gastando una broma de año nuevo (por eso de ver la hora en el móvil), lo cual lo confirme al rato ¡había pasado otra hora en nada! ¡Las cuatro de la mañana! ¡Y no había pasado nada de tiempo! por lo menos para mi. De hecho lo comprobé en el reloj de un amigo ¡las cuatro! Pero, tiempo, ¿cómo lo haces? ¿Cómo puedes pasar así de rápido? Y si, efectivamente, yo me lo pase muy bien, pero el tiempo decidió pasar como el correcaminos, así que a mi se me hizo corta la velada.
Sin embargo, la situación contraria pasaría, por ejemplo, el viernes, a última hora, los diez últimos minutos. Esos diez últimos minutos que se retrasan, el reloj se para. Eso no son realmente diez minutos, ¡son cuatro horas! O más.
Así qué comparemos: ¿cuatro horas de fiesta (fueron más, pero es para seguir el rollo del ejemplo de la clase) que duran tanto como diez minutos, y diez minuto de clases, en viernes, a última hora, en mi caso, esos diez últimos minutos, a las 2:35 PM, que duran tanto como cuatro horas? ¿Qué le pasa al tiempo? ¿Es una especie de troll maligno que se para en momentos incómodos y desesperantes y va a toda pastilla en los momentos más divertidos? ¿Le gusta fastidiar? ¿Es como Freddy Krueger?
Y eso que hay gente que piensa que, o no existe, o que es circular, o es lineal, o, yo que sé. Yo, Pepe G Cervera, lo que pienso es que es malo, malvado, maligno, perverso, Belcebú, Satanás, Lucifer, Montgomery Burns, Nietzsche, (Seguido de un largo etcétera de cosas malas)–con todos mis respetos al que sea satanista, ya lo digo yo, aquí cada cual a lo suyo.
Así pues, creo que no me dejo nada en el tintero, y como siempre, te invito a comentar abajo sobre que crees que es el tiempo.
Ciao!
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