De los creadores de la Güerta del Rey, ahora: Wert-a del reí'
Por sí alguien no conoce a nuestro querido Wert y su educación para reir… (reírse en nuestra cara los que vengan de fuera)
Hola, buenas, tengo que decirte que esta entrada está escrita a conciencia con dobles sentidos y cosas muy rebuscadas… o sea, tómatelo como si lo estuviera diciendo en clave de humor, que si no en tristeza y depresionismo ¡no nos gana ni Machado en su exilio!–el pobre, que estaba muy triste el hombre, no te pases con él–. Así pues… ya sabes, con optimismo, que por algo lo he escrito desde un punto de vista optimista y alegre, y creo que el xD y jajajaja sobran en este blog–abusando un poco de mi "libertad de expresión" creo que no sirven para nada, que hay gente a la que le hablas por Whatsapp sin una de estas dos cosas ¡y te dice borde!.
Anteayer leí un artículo en el libro de inglés–cuando me aburro en inglés me leo los textos, pero shhh, no se lo digas a nadie–, hablaba sobre los blog, y me sentí algo identificado, por eso de que yo tengo uno y tal, diciendo que muchos adolescentes tienen un blog, seguido de dos mil quinientas paparruchas defendiendo los blog y tal, y luego diciendo que ¡eran malos!–blogger, perdónalos, no saben lo que dicen– ¿Por qué? Pues el gran argumento que daba era que los usaban como diario personal y que lo puede leer todo el mundo. Consejo para los que empiecen: si haces un blog para que no lo vea nadie… creo que es mucho mejor abrir el blog de notas y escribirlo ahí. Yo, por ejemplo, te hablo directamente, libre domino público, y no me meto en berenjenales de mi vida privada ni paparruchas de ese tipo–principalmente porque mi vida privada no me interesa ni a mi, así que a ti ni te cuento lo que te importara–. O que hacían checking allá donde fueran, así que querido libro: ¿Sabes algo sobre aquello que se llama twitter?… Tu silencio me abruma más que tus palabras: lo tomaré como un no. Me dio por reflexionar (por segunda vez) sobre el mito de la libertad de expresión.
Ya luego, vi uno de los titulares de un periódico–se acaba de ir la luz en mi casa, pero tú tranquilo, escribo en el iPad, no perderé el hilo–, era algo tan llamativo como desesperante, además me sentí identificado–ya ha vuelto, no temeré más a las tinieblas–, porque era algo así como: "En España sí un niño quiere ser astronauta se lo quitan de la cabeza" y con esto se te vendrá a la cabeza ¿quién narices quiere ser astronauta? ¡Pues yo! ¿Algún problema? Y lo peor es que es verdad, aquí se crea como una leyenda negra alrededor de lo que es el trabajo, pregúntate ¿Qué es el trabajo?¿Cómo lo valoras? Y a lo primero puedes responderme que es fuerza por unidad de tiempo, pero a lo segundo ya existen contruvervios… la mayoría de la gente dice que lo odia, o que lo adora^-1. Y me hago la pregunta revolucionaria: ¿por qué?¿Es el horario que tenemos aquí en España?¿Es la calidad laboral de los españoles? Somos los menos productivos por… Digamos que para mi, el trabajo debería ser algo que me guste, que disfrute haciendo lo que hago, que adore aquello que hago, como si llegara a ser astronauta, o llegue a diseñar un modelo de vehículo familiar que vuele–realmente me da miedo decir este último sueño a la gente porque se te queda mirando con cara de oler mierda, te trata como si fueras un loco, o bien me dice que pasarán años antes de que algo así se invente–¿y qué co***es pasa? "Un hombre puede soñar" Si lo que haces es de tu gusto, es un trabajo.
¿Principal problema? Poco trabajo, poco dinero y una mentalidad… como la que se da hoy día, políticos muy malos, pero, no pasa naaaaa, les seguimos votando, a ver si así cambia…–mmmm… sí, ¿pasamos a la siguiente broma?–. Ponte el caso que ahora uno de los que ha salido elegido renuncia a mirarse el ombligo y mira hacia "el pueblo" digámoslo así, y subiera rápidamente el empleo, te podrías colocar prácticamente de lo que quisieras, ¿y ahora qué? ¡Pues a buscar lo excelente! La mediocridad, o sea, quedarse en el medio, es uno de los principales problemas. Además es una corriente filosófica que parece inculcada: la ley del mínimo esfuerzo.
También cabe destacar que se nota que los que hacen los libros, tanto como la consejería de educación, no han dado clases en su puñeterisima vida. ¿Has visto el grosor de los libros del segundo de bachillerato? –Se que hay cursos superiores con libros más gordos y que hay que estudiar más del doble, o por lo menos eso dice la gente que quiere amargar a los pobres que, por si no tienen ya bastante con la presión de selectividad, ahora tener que pensar en lo mal que lo vas a pasar… chico, tú a tu rollo que yo ya con el mío…– La mitad de los que hay no vamos a dar todos los temas ni por asomo, principalmente porque no tenemos tiempo de darlos todos, y porque no entran en selectividad, luego daremos dos o tres así si nos sobra tiempo. Vaya, como quien dice, parece que les han visto las orejas al lobo. No me voy a poner a repasar todas las asignaturas, porque no–aunque ya con lo de escribe un soneto en lengua… yo te escribo una novela si quieres, ¿¿¡¡Pero un soneto!!?? No abuses de mi limitada capacidad lírica–.
Curiosamente mis dos únicos poemas tienen que ver con el mojito… |
Así pues, mientras pienso en la entrada de mañana, y con el pensamiento de que no me dejo nada en el tintero, me despediré de ti con un poema que he internado componer:
La vida es como el mojito,
Pero con otras cosas.
Esto más posterior dramatización… debería jubilarme en esto de la lírica… aunque lo intento, eh.
Comentarios
Publicar un comentario
Me gustaría saber tu opinión sobre esta entrada.