e-2'7182818284590452353602874713526625

Muy importante el número e para el logaritmo neperiano.
¡Buenas! Seguramente te preguntarás como se me ha ocurrido este fantástico y matemático título. ¡Pues en matemáticas! ¿Dónde si no? Fue con la integral e elevado a x por el seno de x, algo así  ∫(e^x)senx dx. Una integral muy bonita… creo que me he enamorado de la integral. Solo lo creo, o sea que no.
Te habrás parado a pensar en lo absurdo de la situación, ¿no? Yo buscando decimales de e para poner los máximos posibles en el título de la entrada, pero sólo he llegado hasta 34 decimales–esperaba llegar a 50, en fin, no se puede tener todo en esta vida, que la avaricia…–. Así que esa resta del título ¡da cero!–Bueno, creo con algo porque un número irracional tiene infinitos decimales–. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que es el esperpento de la sociedad. Me lo he preguntado muchas veces, ¿en serio hay gente que dedica su vida a encontrar decimales de π, o del número e, o la √2? Chico, Pitágoras era exigente, pero no tanto…Llámame insensible, pero lo veo casi tan absurdo como la poesía.
¿¡Que la poesía es absurda!? Creo que la absurdez es un término relativo al observador, hay gente a la que le parece muy bonita y tal, a mi la poesía me parece un rollo absurdo. Ahora, si está en las canciones–sobre todo si la canción es de los Beatles, Pink Floyd, Led Zeppelin, Queen…–, ya la cosa cambia, porque no solo transmite un mensaje a modo rítmico, ¡sino que también tiene música! Y eso lo cambia todo. Un cantante le puede dar el enfoque que quiere el compositor, sin embargo el poeta no tiene ese enfoque, y hace de la poesía algo relativo al observador: no es lo mismo que lo lea uno sin nada de ritmo–como yo–, a que la lea alguien que sabe lo que lee. 
Quiero que quede constancia en el acta que no digo esto porque en lengua–de segundo de bachillerato… es horrible… no se la recomiendo a nadie–tengo que hacer comentario de texto de una poesía super reducida y sacar de ella un tochaco enorme, pero lo peor de todo: ESTRUCTURA. Odio como mas buenamente puedo las estructuras de los poemas, tanto la interna–que nunca sé dónde acaba una parte ni donde empieza la otra, o si tiene partes, o no tiene partes, ni decir las ideas del texto… soy muy ingenuo–, como la horrible estructura externa–¿Cómo sé yo si el poeta en cuestión usó tal método o si estaba comiendo espaguetis carbonara mientras escribía?–, metafóricamente hablando.
Tampoco lo digo porque allá por la lejanía del tiempo, por primaria, me mandaron escribir un poema ¡a mi! Creo que lo escribí sobre el limonero que tenía yo en mi casa, pero no estoy muy seguro. Si hubieras podido captar ese sufrimiento mío por el hecho de tener que hacer rimar dos palabras, hacer que este rime con el de más abajo, o que el de más allá rime con el de aquí, y ahora una palabra que acabe en -ero… Horrible. No he vuelto a escribir un poema desde entonces, por el trauma causado–pero libros sí, paradójicamente la he tomado con la lírica, no con la narrativa–.
¿Teatro? Creo recordar que alguna pieza corta de teatro habré escrito, pero eso no me da la libertad de la novela. Además, no es lo mío. Digamos que ya lo último que me gustaría tocar es  eso de encontrarte a alguien por su zona, por donde vive y preguntarle: “¿Qué haces aquí?” A la gente que hace eso: ¿¡Qué os pasa!? ¿Pues no ves que yo estoy aquí en mi casa? ¿Cómo que qué hago yo aquí? ¡¡Vivir!! ¡¡Existir!! ¡¡Respirar!! ¿¿¡¡Qué quieres que te conteste:“‘stoy zentao en el zillón de mi caza mientra’ miro por la ventana”!!?? 
Nada, que me altera levemente la gente que hace esa pregunta… ¿Qué haces aquí? Podría preguntar ¿cómo estás? o ¿cómo te va? pero ¿qué haces aquí? ¿Eres poeta, o buscas decimales de e? 
Así pues, creo que no me dejo nada en el tintero, así pues, hasta la próxima entrada, que tengo que ver cuando la escribo… seguramente el domingo… no sé, tu entra de vez en cuando y así incrementa el marcador de visitas.
Ciao!

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