Muros de piedra
Comienza todo lo que pensaba que funcionaría por fin a dejar de hacerlo, y entonces es cuando, cual navegante a la deriva que nunca arriba a puerto, comienzas a cuestionarte el férreo e insano lazo de dependencia que tienes con las máquinas.
Noche de luna llena, una luna tan grande como si de los ojos de una persona sorprendida o asustada se tratara, era tan hermosa que sólo hacía crecer mi impotencia por lo estúpido que estaba siendo al estar entre estos grandes muros de piedras encadenado a una máquina a la que debía escribirle un negro poema plenamente imperativo que sólo ella leería, interpretaría y lo llevaría a cabo. Por muchos colores que le pusiera automáticamente a las palabras más indicadas, para mi sólo era un montón de letras escupidas sobre la pantalla.
int main (int argc, char * argv []) Tan distinto me parecía este inicio del poema a El mar, la mar, de Alberti, o a los cien cañones de Espronceda, aquellas oscuras golondrinas de Béquer. Tan lejos queda aquel verso a aquel olmo seco de Machado, o al gran Manrique cuando escribió las coplas a la muerte de su padre, y qué lejos queda el verde de los tipos int y char al verde que te quiero verde de Lorca, aquellos sueños tan llenos de sentimientos que sólo sueños son de Calderón de la Barca, tan superiores a aquellos insustanciales versos iniciales.
Ningún printf ("Te quiero"); podrá jamás sustituir las palabras sinceras que un amante les dedica a su chica, o las palabras inmortales del gran Neruda, cuando aseguraba que esa misma noche podía escribir los versos más tristes, y aquella princesa que estaba triste de Rubén Darío. Una orden de C jamás tendrá la sensibilidad de Juan Ramón Jiménez, nunca podrá programar un Platero tan suave, tan tierno, tan… una palabra indescriptible que, seguro, el mismo poeta sabría cual utilizar.
¿Pensaría Aristóteles que un return true; es responder con la verdad? ¿Ciertamente la sociedad de hoy día tenía sólo verdad en operaciones lógicas? De ser así, ¿cómo se lo tomaría el gran Sócrates? Si cómo dijo Platón tenemos un alma venida del mundo de las ideas, ¿se podría pensar que está programada como objeto o algo a lo que mandar? La libertad que tiene esta situación bien parece enviada por Apolo como diría Nietzche, y Descartes nunca dijo cómo debo de pensar para concluir que existo si sólo veo comando de una terminal infinita.
while (paux != NULL); no es una declaración muy íntima y pequeña del amor más grande, sólo una sentencia como otra cualquiera, dentro de una negra poesía donde no existe rima, donde la sonoridadad, la canción están siempre ausentes, tan sólo sentencias, sentencias y más sentencias que sólo la misma máquina puede interpretar, con éxito, o condenándolas al fracaso con las frías palabras de segmentation fault: 11.
La luna seguía subiendo en el cielo, sin aburrirse de hacer todos los días lo mismo, siempre era la misma luna, y sin embargo, no nos cansamos nunca de mirarla, de contemplar aquella tan simple belleza. ¿Sería en eso en lo que pensaba Béquer cuando se preguntaba qué es poesía? Aquel bello poema en el que concluía que poesía eres tú, y si la luna es poesía, yo me pregunto ¿qué es la programación sino restos negros sobre una pantalla?
Musa inspiradora de poetas, bañada en la plata de la mar, y aunque un mísero frío poeta soy que sólo escribe sentencias, la luna también me da la inspiración necesaria para hacer lo que nadie verá, lo que a nadie le interesa. Palabras sordas, palabras muertas, caracteres en una tabla de char. El programa funcionaría bien, pero no sería perfecto, pues no hay perfección sin belleza.
return 0; y hágase tu voluntad.
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