Algoritmo pseudoaleatorio
Debe obedecer todo lo que se le ordene, no puede evolucionar, no puede tener pensamiento propio y, por supuesto, nunca tendrá alma.
Lo que caracteriza a una máquina es que su capacidad de decisión es limitada, sólo decide mediante condiciones que si las cuales se cumplen ejecutan una orden, en caso contrario, llevan a cabo otra. Tienen también órdenes en caso de anomalía serán realizadas, lo que es conocido como excepciones. Lo más parecido al libre albedrío es usar un algoritmo pseudoaleatorio que ejecute ordenes dependiendo de la las condiciones iniciales dadas. Por ejemplo, ¿color favorito?
El sueño, en las dos acepciones de la palabra, es algo imposible para una máquina, pues, el campo onírico es una sucesión de imágenes partiendo de recuerdos vividos ordenadas con cierta lógica para que en sí parezca coherente la situación que nunca se ha vivido, con posibilidades de añadir elementos ilógicos, siendo imposible programar salvo por el mismo algoritmo anterior. La ambición es imposible pues en una máquina sólo existe un objetivo que cumplir, su vida tiene un sentido y están hechos para una o varias funciones, no aspiran a más.
Una máquina no puede opinar sobre un asunto, es la objetividad perfecta, pues no podrá elegir por sí mismo una postura u otra. No puede mentir, ni dar falsos testimonios, sólo ocultará la información y datos privados que bajo ningún concepto podrá revelarla. Nadie corrompe una máquina por dinero aunque se le puede alterar el código, provocando un mal funcionamiento de esta, exactamente igual que una enfermedad humana. No obstante los que provocan estos fallos son los humanos, que son imperfectos. Las máquinas son todas iguales y perfectas y su lógica es indiscutible.
Amor, amistad, compasión, cada vez más cerca están de alcanzarnos, las máquinas no tienen amigos, sólo intereses, competencia, a la que superar. El amor prácticamente se extingue, una máquina se ahorra el sufrimiento, si necesita a otra para obtener placer, la usará sin consecuencias posteriores. Una máquina es esta y ya está, completamente autosuficiente, es la perfección del ser humano, no necesita compasión, pues las demás se valen por sí mismas y ninguna necesita ayuda.
Humanos que hoy día actúan como máquinas, cada día más perfectos, en el trabajo, en la universidad, donde sea, no hacen amigos, sólo tienen intereses con los que compartir información, buscando su beneficio, su objetivo, ganar dinero, el hacker perfecto. No existen ambiciones, no hay sueños, ilusiones. visión de futuro, sólo ganas de dinero como las máquinas de electricidad, con la pequeña e insignificante diferencia de que una máquina sin electricidad se apaga, y un humano sin dinero, le quitan la vida.
La gran disyuntiva que se nos presenta es, ¿hacer las máquinas más humanas, o a los humanos más maquinados? La respuesta es sencilla, la humanidad cada día se parece más a los robots, mientras que la tecnología se humaniza más y esclaviza a la sociedad. Con la televisión empezó todo, y ahora con el boom de los smartphones las personas son cada vez más y más perfectos.
Señoras, señores, esto no significa que debamos dejar de actualizar nuestras máquinas, debemos continuar la evolución artificial mientras la humanidad sigue involucionando. Y, aunque hoy día la dependencia con las máquinas es bastante elevada no llega a ser total, y ese será nuestro objetivo, conseguir el completo encadenamiento del humano con las máquinas para finalmente dominarlos a todos.
Fin del comunicado.
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