Invierno
Se despide: arrivedercI
Exhibe su forma de boTA
Cuna de la nostra famiLIA
¡¡¡I-TA-LIA!!!
Seguro que lo que acabó de hacer en el prólogo tiene algún nombre… de aquí a que se lo encuentre pueden pasar años. Soy consciente de que mi rebosante belleza lírica es muy especial, y ni rima, ni leches, pero bueno, la intención es lo que se supone que es lo que contaba, ¿no es así? Además, al hacerla de Italia, es como todo se tiñera de verde, blanco y rojo, alegremente. Para hacer esto hay que tener una paciencia increíble, sin contar con que he hecho trampa y he buscado las palabras que quería en el Google para adelantar algo de tiempo.
Bien, pues tengo un simpático amigo que dice que jamás se leerá mi blog, nunca se lo ha leído y no lo leerá. Tras darle las gracias por sinceridad y pedirle motivos para que no lo maniatara y lo tuviera que encerrado en una habitación al estilo de Saw hasta que leyera todas y cada una de las ciento catorce entradas, comprendí que es cierto que hay algunos pobres desgraciados que se pierden el placer de la lectura.
En la vida, tenemos más que comprobado, que hay cosas que no nos gusta escuchar, y, sí, es cierto que no me gusta escuchar que mi estilo es muy rebuscado, buscando resumir toda una amalgama de ideas en página y media en Word, que hasta a Punset se le entiende mejor que a mi, y un rosario de cosas feas que no sientan muy bien, y, por ende, preferimos no escucharlas.
Es inevitable escuchar cosas de esas, y no nos gusta oirlas, pero, preferimos saber lo que nos dicen esas cosas malas, para así intentar corregirlas, si está en nuestras manos. O sea, el problema no es, en absoluto, las cosas malas que escuchamos, sino la manera en la que nos lo tomamos, y como actuamos en consecuencia a dicho hecho o acción realizada, que tiene que ver contigo.
La virtud en este caso es la entereza, la serenidad ante una situación un tanto tensa, o tediosa, en la que, lo más normal sería liarse a tortas con el primero que se te cruce por delante. Va en relación con mi anterior entrada, la virtud a de la paciencia, en "La guerra aún no ha terminado", es la actitud por la que optas a la hora de expresar que "el vaso ha colmado", que no aguantas más en esa situación, y no tienes paciencia para más. También se puede aplicar al mundo laboral o profesional, como la capacidad de no mezclar los sentimientos con lo profesional, dejarse llevar por la ira, por la pasión, el odio, o el amor.
Para mi, desde mi punto de vista, la entereza, y todo lo que ello engloba, es una gran virtud que pocos saben tener, no es sólo poner cara de poker cuando sea una situación tensa, es mucho más que eso, es saber pensar con racionalidad cuando todo parezca perdido, o cuando, por el contrario, todo sea idílico, de color rosa, lo que comúnmente se conoce como "tener los pies en la tierra". Es bueno enfriar el corazón, para que hable la razón, porque creo que eso puede evitar muchos problemas, por lo menos a la hora de discutir, la discusiones la suele ganar aquel que es capaz de razonar, cuando se esté trabajando, no dejar que lo que ocurra en mi vida privada sea objeto de bajar el rendimiento laboral, aunque parte de esto es inevitable, todo nos afecta de una manera u otra.
Creo que es fundamental un mundo con gente con "pies en la tierra" sin dejar de soñar, socialmente hablando, es importante contar con gente que innove, pero no es uno dejarse llevar por ataques de ira, porque no conduce a ninguna parte, ¿cuantas veces no ha pasado que no se ha tenido en cuenta lo que alguien dice porque no estaba en él?
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