Algo por alguien
Hoy cambiaré la forma catastrofista de este blog, para ponerme más apocalíptico, dar un mensaje de destrucción, odio, caos, miseria, pobreza, crítica malintencionada, hipocresía, y, por supuesto, y como es mi estilo, sin usar en ningún momento el sarcasmo o la ironía sutil.
Se suele decir que el mal es la obra del hombre, porque no hay demonio más grande que él, tras visto lo visto, sólo me queda decir que: lamento discrepar. Y, sí, discrepo con esa afirmación, quizás no en su totalidad, pero sí en gran parte de la afirmación.
Aunque sí que es cierto que los hay que, a la mínima están enfadados, porque, como es natural, nada puede traspasar su círculo de paz y serenidad, y si algo lo pasa… ¡Guerra! Aunque esta gente tóxica y letal existe y da por saco hasta el final con su Yo, Yo, Yo, Superyo y el... ¿Ello? No, eso no es Yo, también hay muchísima gente, y cada vez creo que más y más–porque esto se transmite de forma viral–, que se preocupa por el resto del mundo, que siente que tiene que ayudar, ser servicial cuando se preste, gente que si le pides lo más mínimo, en seguida están ahí para ayudarte. Gente con la que da gusto estar porque no te exaltarán su yo, colocándose como interlocutor más importante de la conversación. Gente solidaria.
La quinta virtud que considero es la solidaridad, podría haber considerado poner altruismo, pero veo la solidaridad como un altruismo activo, que la fuerza de este no se queda sólo en la saliva, sino que actúe de verdad, pues de poco sirve alguien que tiene una virtud y no la desarrolla.
Desde mi punto de vista, plenamente personal, con un pequeño gesto creo que podemos cambiarle el día a muchas personas que lo estén pasando mal, una pequeña sonrisa, algo que no nos cuesta nada hacer y que por desgracia está pasado de moda, por ejemplo. La virtud de la solidaridad está en saber quién necesita ayuda, y quién, con su amor propio, no, puesto que defiendo que no hay que ser tan "bueno" que se sea tonto de remate, y usado por gente tóxica a su favor, gente que no sabe apreciar un buen gesto, que le das la mano y te coge el brazo.
La pregunta sería, ¿por qué la solidaridad es una virtud? Porque no todas las personas pueden, o no tienen la capacidad, de ver más allá de la nariz, o bien porque su personalidad es, todo menos ágil mentalmente, o porque hay algo que capta su atención, considerado por esta gente, más importante que las penurias del mundo, su Yo. Ambas variantes igual de malas, porque están ciegos, a una manera coscona y otra narcisista de hacerlo, la que, por encima de los demás está su Yo, imperturbable, único y eterno, casi perteneciente al mundo ideal de Platón. Aún esta mala gente que se hace pasar por altruista, de la cual esperas buenas acciones, pero luego te piden compensación por sus actos, ya sea en forma económica, como en forma de agradecimiento forzoso-obligatorio. Esos son los peores.
Veo la solidaridad como algo tan magnífico que no encontraría palabras para describirlo, y, si las hay, dime ¿cómo definirías la cara de ese crío que, gracias a la colaboración de anónimos que han depositado tapones en bolsas para recaudar dinero para una complicada operación que acabó saliendo bien? ¿Cómo describirías a aquel niño del tercer mundo, que lo está pasando mucho peor que tu, ver que recibe un juguete con el que pasar su infancia? ¿Cómo podrías definir la alegría de ese anciano, sólo y abandonado en una residencia para la tercera edad, que ha recibido el cariño de un voluntario que, desinteresadamente, ha ido a, simplemente, hacerle compañía? ¿Con qué palabras podrías denominar la felicidad que se siente al ver animado a un amigo que ha tenido una mala racha y se ha desahogado contigo? ¿Con qué narices buscarías término que encajen con toda la alegría que sientes cuando te hacen algo bueno?
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