Si lee esto, Vodafone le regalará un iPhone

Simplemente, cuando acabes de leerla, entra el la web, introduce el código de descarga, entradas en un sorteo para una rifa, que le dará un número para otro sorteo que le permitirá elegir número para un bingo…
¡Buenas! Seguramente tras cobrarte 0'30€ por cada letra de la entrada, ahora por lo menos Vodafone te regalara un iPhone, pero bajo sus condiciones. 
Ahora, entrando en materia: pasamos a publicidad. ¿Te acuerdas de ese anuncio de Ausonia en el que estaban una madre llevando a una fiesta a su hijo y este le responde a la madre con un acento extraño que parecía que escupía con cada s que decía algo así: "Pero shi esh una fieshhta"? ¿Objetivo? Venderte sus productos. ¿Medios? Afectar directamente al plano afectivo de la persona, en este caso de la madre que ayuda al hijo, que era un pringao, a ligar con una chica–como se nota que no se ha leído los consejos para ligar de San Anselmo–
Veamos, una de las mejores empresas en publicidad son Coca-Cola y Apple, pero, ¿por qué? Afectan directamente a la sensibilidad de la persona, por ejemplo, el anuncio de Coca-Cola que salía una niña chica cortándose el pelo porque ese día llegaba su hermano del hospital con cáncer…Pero todas emociones son falsas, solo quieren venderte la Coca-Cola, creo que los publicistas mientras hacen el anuncio miran con cara inexpresiva y solo sienten alegría al momento de coger el fajo de billetes–porque, sí, les pagan en efectivo–.
Creo que ya lo he dicho, pero digamos que es mucho mejor eso que un anuncio de colonia en el que sale una persiguiendo o buscando el perfume, y cuando lo encuentra te dicen una frase en francés preferentemente, y se te queda una cara de incertidumbre similar a la que se le quedó a Heisenberg.
Probablemente te habrás dado cuenta que las empresas con tal de vender sus productos son capaces de prácticamente de todo, aunque esto requiera jugar con tus sentimientos, pasiones y gustos, pero por ello te quiero recordar que tú para ellos solo eres un número al que vender sus productos. Y gracias a ellos tenemos sus productos, aunque muchas veces solo servimos–los consumidores–de peones en su ajedrez.
Y hasta aquí puedes leer, porque no me dejo nada en el tintero. ¡Hasta la próxima entrada!

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