Consejos para ligar. Por San Anselmo

No los voy a dar, sólo los reivindico.

¡Buenas! Otra entrada más… espero no pasarme de espacio con esta entrada, si me paso, a la cuenta de Sánchez Gordillo.

En fin, con esta clara violación de la no-libertad de expresión con la que he empezado, quiero decir que, hoy, filosofando con mi abuela sobre internet, hemos deducido que tanto en Twitter como aquí en el blog, no existe la libertad de expresión, y me he quedado gratamente sorprendido al ver que había cuidado del Pou correctamente, en la tablet. 

Hay que controlar cada palabra que se diga, como yo controlo el número de estas–para no ser duramente criticado–. Puedes decir que eso es diplomacia, y tendrías razón, pero hay temas que por temor a las hordas de enemigos que vengan a por ti porque has dicho no se qué el 20 de noviembre del 2012 a las 3 y dieciséis minutos, catorce segundos de la noche, cuando te habías bebido x cubatas. Como por ejemplo: El pou, me parece que no sirve para nada y que es un coñazo tener que darle de comer cada medio segundo–shhh, pero tu calla, que no se entere mi abuela–. 

O de política, a ver quien se atreve a criticar algo… porque hay poco que defender–es un sistema que se autodefienden y autocritican mutuamente, así que si mutuamente están de guerra, mejor no me meto, que entre ellos ya…

Análogamente pasa con las fotos que se suben a Twitter, pero eso ya es el gusto que tenga cada uno. A Cairo probablemente lo conoce ya todo internet, pero me da igual ¡es un perro! Y soy su dueño, dando mi pleno consentimiento para que salgo en Twitter.

Y hasta aquí la entrada, creo que no me dejo nada en el tintero, y si me lo dejo, ya mi abuela me lo dirá, le agradezco su colaboración involuntaria en esta entrada. ¡Hasta la próxima entrada! 

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