eres tú

Eres las cuerdas nuevas de esta guitarra que el tiempo con su paso imparable había dejado muda y desafinada, eres ese sonido de las olas que penetra hasta el alma dejando esa sensación de paz, la sombra del desierto que me cuida del sol, el ardiente fuego de una chimenea que calienta e ilumina toda una habitación, eres el aroma a libertad que respiran los presidiarios desde su prisión, el milagro que espera el profeta, eres el cuero de la pulsera que llevo atada a mi muñeca. Como parte de mi… parte de ti.

Como una meliflua melodía que fluye por el ambiente, como una barca que navegara por las olas de tu voz. Como la brisa que te despeina y te hace libre. Como la cuerda que una princesa le tiende a su amante para que suba a su torre a pasar la noche. Como una isla que en medio del mar da asilo a un naufrago que va a la deriva. Como el remite nervioso que pone autoría a una dulce carta de amor.

Eres ese soplo de aire fresco en un día caluroso, las huellas que el lobo dejó en un manto de nieve cuando el sol la tiñe de naranja, y se refleja en sus pequeños cristalitos. Eres el azul de ese cielo, en el que las nubes juegan a ser parte de un hermoso cuadro de los que pintó Monet, y eres las flores más finas que daban sentido los retratos de aquellas damas que Mucha plasmó un día sobre un lienzo que transformaría en una obra de arte.

Como el tiempo que no tengo y la inspiración que me falta para escribirte todo lo que siento en el fondo de mi corazón. Como el suave sonido de la lluvia al caer desde las nubes que, aunque nadie lo escuche, satisface y tranquiliza el espíritu tenerlo de fondo. Como el maravilloso mundo que se crea al soñar contigo, esa utopía que al despertar se hace realidad. Como la sensación de silencio y paz que se produce al sumergirse bajo el agua.

Y es que las palabras que de mi salen son un despojo de letras que poco valen si tus ojos no brillan de esa forma especial al leerlas que les dan todo el sentido que se merecen. Eres tú la que me inspira para sacar cada palabra que vuelven a ti en forma de una carta con mi nombre en el remite, como esa cueva de Alibaba donde empieza y acaba todo, que guarda en sí tesoros de valor incalculable.

Como si ambos fuésemos caminantes por una senda, donde cada día es un paso más hacia adelante. Al volver la vista atrás veo estos casi ochocientos pasos que llevamos juntos, todo lo vivido y lo aprendido, tantos momentos que para ambos se quedan como el dulce secreto que nadie sabe, las canciones que tanto significado tienen. Mirando al frente veo las cosas que aún nos quedan por hacer, las que nos quedan por vivir mientras nuestras manos se entrelazan como eslabones de cadena.

Quiero que el millón de pasos que nos quedan sean tan breves como unos segundos que los disfrutemos sin preocupaciones, quiero hacerte reír y llorar de emoción, de felicidad, quiero que estas palabras no se queden en una entrada ñoña que caiga en el olvido. Yo quiero verte «Siempre tan guapa» y escuchar los «ecos» de tú corazón, sentir contigo cada minuto, cada paso que demos en la senda, y hacerte llegar lo que siento tal cómo sale de mi pecho.

Quiero que vengas conmigo a volar, que dejes libre tu espíritu para que nadie te pueda doblegar. Que volemos tan alto como nuestras alas nos permitan, como las cometas que llenan los cielos de colores. Quiero que el día pase rápido para volver a verte, tan sólo porque eres tú. 


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