La misma canción

Unos acorde de guitarra inundaban el ambiente produciendo una sensación de bienestar a aquel animal, no pocas veces considerado como fiera, aunque podía adoptar cualquier forma personalmente le encantaba verse como un lobo blanco, alado.

Los acordes seguían sonando y sonando y sonando, para variar volvían a sonar, bien pudiera ser yo tocando una guitarra, siempre lo mismo, siempre lo mismo, y más de lo mismo. Cuántos pensamientos efímeros iban y venían. ¿A cuantos conoceré que dado el mínimo cambio ya prostituyen sus mentes? ¿Cuántos son arquetipos inestables que cambian de estado para volver a ser marionetas de otra corriente de moda?

Es cierto cuando dicen que existe sólo dos tipos de personas en este perro mundo, ya Ortega y Gasset afirmaba que había masas y gobernantes y esto debía ser así, ¿pero qué pasa cuando los gobernantes forman parte de una masa toda igual incapaces de ser verdaderos dirigentes? En ese caso quedarían dos masas, la grande y la pequeña, formada por los gobernantes corruptos, a fin de cuentas, una sola masa de personas, ¿todos iguales? ¿No hay nadie en este mundo que salga de las masas? Alguien que verdaderamente rompiera con lo establecido. Aunque por todos es bien sabido que la moda de hoy día es ser inconformista y rebelde, todo muy enfocado a ser diferente entre iguales, cuando lo que ganamos siendo todos diferentes es ser todos iguales. ¿No hay nadie que rompa con eso?

Quiero decir que sí que hay dos clases de personas, y es que si sólo existen masas y gobernantes, ¿dónde quedan los intelectuales? ¿dónde los genios creativos? Gente que marque verdaderamente las tendencia que las masas siguen. Responderé a la pregunta: escondidos de las, y en las masas, ahí quedan intelectuales y genios creativos. Si ellos no se atreven a brillar y siguen tan mediocre como el rebaño de la sociedad nunca avanzaremos. Aunque las masas son un ser vivo, y se opondrán a los cambios, hay que saber vendérselos.

Por desgracia, yo no sé vender ideas nuevas, y tendré que seguir soportando la hipocresía de San Valentín hasta que alguien capte mi idea y la venda bien. No podría presumir de llevar la verdad por delante si ahora cambiara de parecer ante esta «festividad» o sombra capitalista de la misma. Pero antes de que nadie se eche las manos a la cabeza y grite desesperado quiero decir que la postura más hipócrita de todas es la de ceñirse sólo y exclusivamente a elogiar y tener detalles sólo en esta fecha, sobran trescientos sesenta y cuatro días para tener detalles e ir enamorando día tras día.


En un sólo día no se recupera un año.

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