Imagínese#Batallitas de selectividad

Mi ordenador ha enterado en un coma posiblemente reversible, seguiré escribiendo hasta el fin de temporada desde el iPad bajo la maquiavélica influencia de Autocorrector y la pésima aplicación de Blogger. Entónese esta entrada con voz de profesor Farnsworth de Futurama (voz de viejo).

Corría el año catapúm chimpún, en el que terminé por fin segundo de bachillerato, terminando así el periodo comenzado en infantil de educación "general" para meterme en una más específica. Como a todos los jovenzuelos de la época, salvo esa gente que tiene muy claro lo que quiere hacer, comencé a tener mis dudas, desde siempre había querido ser Padrino, el capo de una mafia siciliana, pero yo no soy de Sicilia, soy de Génova, por lo que quise ser millonario, así que decidí hacerme comparsista, como Juan Carlos Aragón, o chirigotero, como el Canijo, pero descubrí que odiaba la poesía desde que los alienígneas del 98 me atosigaron con miles de poemas sobre su planeta natal, dividido desde hace más años que la vida de Matusalén, unos doscientos años más o menos, entre los que pensaban que la esencia estaba en potencia de la existencia, y los que pensaban que la potencia enésima de diez era el logaritmo neperiano de equis.

Claro que por aquella época tenía una profesora que tenía muy claro los ideales del PCE, el famoso Principio de Conservación de la Energía, el cual se aplicaba para todos los problemas, ¡y sí que era verdad!  Fue un día que iba por una carretera perdida del desierto de Tabernas cuando el coche se quedó sin gasolina, conducía Gil Robles, y como no había una gasolinera en años luz, le dije, José Mari, esto es un problema de la talla de Conservación Energética, y lo aplicamos. Conseguimos andar, fue él el que empujó el coche hasta que salimos del desierto. 

Pero centrémonos, no era posible, cuando, por aquella época en la que para comentar un cacho del periódico había que situarse en algún bando, en el de los robots, o la aliación alíen-zombie, y yo tenía muy clara mi posición: A las gordas les sale piel de naranja, pero nunca piel de limón, algo completamente ilógico, así que decidí rebelarme, y plasmé en el comentario la gran discriminación que tiene la píen de limón. Y como no podía ser de otro modo, los tozudos correctores me castigaron con 100 frases de análisis sintáctico, algo muy útil para la vida moderna, pues el tacto es muy importante, y con él podemos determinar el pH del limón, y sin-tacto el análisis hay que hacerlo por el PCE, como antes ya dije.

Fueron, ciertamente, dos semanas de estudio intensivo, cosas que después acabarían en la hoguera, pues como sabrás, por aquella época se solían quemar brujas por brujería, así que aproveché para quemar también los poemas de los alienígneas acerca de la invasión de alguna España, y los veinticinco mil análisis sin-tacto. 

Aunque me gustaría destacar, para finalizar, la existencia de satanistas y vampiros que invocaban al mismísimo Satanás, en vez de a algún demonio cercano, como el de Paranormal activity, que eso le pasó a mi vecino, él que está siempre tan ocupado, para conseguir 9 y 10 en sus notas. Nunca supe como lo hicieron, que parecía que segundo de bachillerato era un curso fácil de sacar. ¡Pues no lo fue!  ¡¡Eso sin duda es un acto DE BRUJERÍA!!

Comentarios

  1. Y, camarada, no olvide los análisis morforlógicos. Salvan vidas diariamente: Su utilidad es incuestionable.

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    1. Como he podido olvidarlo!? He perdido el 60% de la memoria… pero antes tenía una memoria superior a más media

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