Tengo un sueño
Lo que caracteriza al ser humano del resto de especies vivas es la capacidad de soñar. No de soñar cada noche, sino de ver un futuro no escrito y empezar poner todo nuestro empeño en alcanzarlo. Tenemos la capacidad de idealizar aquello que no existe, ponerle un nombre y hacer un camino hacia esa utopía. Y esa capacidad de soñar me ha llevado hoy a desplegar las alas de mi mente, idealizar el concepto de paz, y ver la distancia que salva este mundo de ese ideal de paz.
Tengo un sueño, sueño que algún día los hijos que pudiera tener vivan en un mundo donde el ser humano viva libre de males y desarraigos, donde poder vivir en paz y en armonía todos unidos por una misma causa: nuestra felicidad. Un mundo donde nuestro vecino sea nuestro mejor amigo y caiga en desuso el sentimiento del odio, la resignación y la envidia. Donde la codicia se olvide con la soberbia, y el miedo a otro ser humano sea un sentimiento arcaico.
Tengo el sueño de que en cada colegio de cada barrio exista respeto entre sus alumnos, que nadie quede marginado, porque no hay momento más feliz que la infancia y la juventud. Sueño que cada niño y adolescente puedan expresar abiertamente quién son y cómo son sin temor a ser juzgados o rechazados. Sueño con una educación de calidad en cada escuela, con profesores que anhelen enseñar y motivar a sus alumnos sobre cualquier cosa. Sueño que nadie vuelve a sentirse solo.
Hoy tengo el sueño de que llegue el día en el que el fin de las guerras llegue, y que con ella terminen así las injusticias en el mundo y los últimos dictadores que aún sigan oprimiendo. Sueño con un mundo libre de terroristas, donde el terror, lejos de ser un arma, sea una antigualla, que nadie muera por culpa de una nación, una religión o una ideología. Sueño que llegará el día en el que las personas seremos libres de pensar y creer lo que queramos.
Sueño con que las mujeres sean libres de salir por la noche a la calle sin temor a ser atacadas, agredidas y violadas. Un mundo donde haya igualdad real, sin caer en un absurdo postureo lingüístico, sin trascender más allá de unas palabras bonitas tras un atril. Sueño que hombres y mujeres se dan la mano. Que nadie está por encima de nadie cuando se habla de respeto. Sueño con un mundo libre de asesinos, donde no haga falta robar, libre de violadores y pederastas, ¿es mucho pedir?
Tengo un sueño, al igual que Martin Luther King, y es que un día las personas no sean juzgadas por el color de su piel, que personas de cualquier raza viva en armonía con el resto de culturas. Un mundo sin prejuicios, sin discriminación de ningún tipo. Un mundo más humano, aunque parezca sacado de un cuento. Aunque parezca imposible de lograr. Hoy tengo un sueño y quiero luchar por que se cumpla. Sueño tan solo con una humanidad feliz.
Sueño que llegara el día que las personas volvamos a estar unidos con la naturaleza como antaño estuvimos. Que la capa de ozono esté por fin recuperada y el petróleo sea cosa del pasado como fuente de energía. Ese día se respetará al planeta como nos respetaremos entre nosotros. Sueño con ciudades no masificadas de coches, donde se conozca a los vecinos, donde no haya peligro en que los niños jueguen en la calle, sin el temor que alguien los vaya a secuestrar.
Yo tengo un sueño en el día de hoy, y es que mañana, cuando tenga hijos, estos vivan en un mundo lleno de buenas personas y que ellos sean felices. No quiero despertar un día y descubrir amargamente que los sueños, sueños son.
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