Inefable
Cómo decía Juan Ramón Jiménez, "inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas", el nombre que reciben las sensaciones, los sentimientos, olores y sabores que nadie se molestó en bautizar. Esas palabras tan bellas que se pierden entre las páginas de un diccionario y las que no han tenido suerte ni de existir, dejando huérfana de nombre a una sensación, un sentimiento, un olor…
¿Cómo se llama eso que se siente cuando se está descalzo frente al horizonte? Sentir el agua de la mar en tus pies, y en tu pecho ese latido incesante que ve en ese infinito su parte más inmaterial. ¿Qué palabra puede condensar tales sensaciones y que sea digna de ello? ¿Cuál, en su sonoridad, describe con exactitud la tranquilidad y la paz de ese momento al atardecer, cuando el cielo pasa a ser de azul naranja?
Esa palabra que define a quién no tiene más compañero que su sombra, aquel que disfruta de la tranquilidad más pura y solemne de su propio pensamiento. Es también el que tiene un vacío en su alma porque no hay nadie a su lado, la sensación de querer darlo todo a fin de que alguien te brinde dos minutos de su tiempo. Es un barco a la deriva que espera a su rescate, es un día que anhela que salga el sol para iluminarlo.
¿Qué palabra esconde el diccionario para esa sensación de gozo absoluto cuando algo sale tal y como queremos después de reiterados fracasos? No hablo del éxito, pues eso tan sólo describe analíticamente un suceso que salió bien, en ningún momento describe ese escalofrío que recorre la espalda. Es el ver cumplido un sueño por el que llevabas ya tiempo luchando, esa sensación de incredulidad por la nueva situación.
Olvido
Dicen que para contar hechos extraordinarios se necesitan palabras extraordinarias, y no se me ocurre mejor palabra la que en su definición vacía la memoria. Esa palabra tan mística que conlleva la pérdida de un recuerdo, de un sentimiento, una emoción. Es el alivio silencioso de una pena, el lamento perdido en un mar de recuerdos que no volverán, y la alegría si un buen recuerdo viene a la mente.
¿Qué nombre recibe el desasosiego que deja un sueño abandonado? Ese ideal que antes seguíamos con esmero y que poco a poco se fue disipando hasta quedar reducido a un simple deseo que tal vez nunca se llegue a cumplir. ¿Qué palabra acoge el diccionario para los sueños huérfanos que decidimos abandonar o sustituirlos por otros más fáciles? Creo que lo más bonito de un sueño abandonado es retomarlo y hacer que vuelva a ver la luz.
Tal vez una palabra de las más bonitas que existen en castellano por su significado. Un hallazgo fortuito e inesperado cuando se está buscando otra cosa. Aquí donde la casualidad juega un papel fundamental, cuando algo que no buscas, que no esperas, aparece en el camino y desvía tu búsqueda. Se podría usar en muchos contextos, pero creo que tal vez en el del amor, la serendipia alcanza su máximo exponente, encontrar a una persona perfecta cuando se buscaba de otro tipo.
¿Cómo se le llama esa certeza de saber que algo realmente te gusta? ¿Qué nombre recibe la sensación de estar disfrutando al máximo con algo que sabes que te encanta? El apego que desarrollamos por ese algo que nos encanta que nuestro más íntimo deseo de infinito anhela que el momento dure para siempre. El hecho de comer una comida que te gusta y eventualmente la comes, o el momento de estar con la persona indicada, y querer que el tiempo se detenga para disfrutar de su compañía.
Inefable
Si alguna se merecía un reconocimiento especial, esa es «inefable», la palabra que puede describir cualquiera de las situaciones anteriormente mencionadas, cualquier situación que contenga en ella un toque de magia. Que no se puede expresar con palabras, dice la definición de inefable, y hasta en el propio diccionario ya deja ver la fantástica palabra que lleva a la grata incertidumbre de poder decir, «Esto no se describe con palabras, se vive y ya está».
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