Amigo mío, ancha es Castilla
"Grítale al cielo que no quieres ser sólo uno mas, ancha es Castilla y el Sol tu caminar guiará" Ancha es Castilla(Epílogo), Mägo de Oz, del álbum La leyenda de la Mancha
¿Has escuchado alguna vez la expresión "tu libertad acaba donde empieza la del otro"? Recuerdo todavía con nostalgia las clases de ética en cuarto de ESO, donde nos decía la profesora cosas como esa, pero siempre se me quedó grabada esa expresión. Y sobre todo, una pregunta: ¿quién es el otro? ¿Su libertad termina donde empieza la mía? ¿Dónde empieza mi libertad? Lo que siempre tuve muy claro es que no es lo mismo libertad que libertinaje.
Pero la libertad es tan relativa al observador que no se podría definir los límites claros de esta. ¿Por qué tomar una postura tan relativista? Porque sí lo vemos desde el punto de un esclavo romano, o de un preso en un campo de concentración, o en cualquier otro caso extremo de privación de la libertad, esta es un deseo, un anhelo, vivir sin ataduras, sin dueño, aunque acatando una serie de normas, socialmente impuestas para la buena convivencia, que no le importará acatar, puesto que serán mejores que sus condiciones actuales.
El otro caso extremo es el que tiene plena libertad para hacer lo que le de la gana cuando le de la gana–que no existe, y en caso se existencia, o no sabría de su propia libertad, o no la usaría–, para este sujeto la libertad no existe, o no sabe lo que es, ya que no se pararía a pensar en estas tonterías.
Y el caso medio: nosotros. Yo lo dividiría en dos tipos de libertades, la libertad del gobernante, que asegura no tener libertad–fíjate los pobres políticos, que ellos no quieren, pero como no tienen libertad son como les ordena la sociedad política: corruptos, roban dinero público, mienten… ¿No te dan pena los pobres? como no tienen libertad caen todo eso ¡sin querer, ojo!–, ya que hacen lo que el pueblo dice, y están sometidos a la plebe, a esa chusma a la que tediosamente tienen que gobernar, en vez de estar en Ibiza tranquilamente… que pena, pobrecillos, sin libertad, como presidiarios en coches oficiales, de un lado a otro… mira la cara de sofocado del pobre Pepe Griñán en twitter…
Y la libertad del ciudadano, que es el que mayor libertad tiene: ¡libertad para elegir a quien obedecer! Pero, ahora dejando la ironía y el doble sentido, usado hasta ahora, aparte, tenemos más libertad de la que creemos. Lo que pasa es que entre unos y otros nos creemos como el que esta en un campo de concentración, en el instituto–pocos conoceréis la libertad que concede el Herrera–, el trabajo, por la calle–para los que ven a la policía y corren a esconderse bajo tierra–. Y no es cierto, tenemos libertad, y mucha, que nos hagan creer que no la tenemos, mediante un estratégico sistema en el que te dicen que sí tienes PERO… hasta que sacas como corolario que no tienes libertad, y seguir la vida del borrego en un rebaño: con miedo al lobo.
Se que hay factores que afectan a la libertad, como la sociedad, pero ¿realmente la sociedad puede afectar tanto a la libertad? ¿Es la sociedad realmente, o personas que hacen las modas? Quien sabe. Lo que se es que con respecto a las modas, es que son una auténtica tontería, y volviendo al tema del preso en un campo de concentración, ¿crees que cuando recupere su libertad se va a preocupar por si su libertad actual se ve cohibida por la sociedad? Que sí, seguramente se vea cohibida, pero no se preocupara por ello.
Y he usado los ejemplos del esclavo y el preso en un campo en concentración, porque me da miedo ya entrar en el tema jurídico español, ya que si un delito se mide en unidad de tiempo: el genocidio, el asesinato, el robo valen casi, casi lo mismo que la sacrosanta propiedad intelectual. O sea, la vida de una persona, o muchas, valen casi, casi lo mismo que el dinero que puede haber perdido una persona.
Lo que quiero es que quede clara mi perspectiva de libertad: somos libres, por mucho que este sistema bipartidista, con los nuevos Cánovas y Sagasta, nos hagan pensar lo contrario, ya que como dijo el gran Álvaro: tienen miedo a la gran revolución. La primavera española ocurrirá cuando nos percatemos de ella y la apliquemos para bien.
Y deja de quejarte de que tienes poca libertad, o el sistema judicial te arrestara por alguna chorrada que hayas hecho, que no le haya parecido buena, para que veas como sí la tenías. ¡Abre los ojos! Que no eres ningún autómata predestinado por su software.
Y como siempre, me despido libremente hasta la próxima entrada, y te invito a comentar tus discrepancias, así como si, por efemérides del destino, estas de acuerdo con algo, adelante, tienes toda la libertad, después de todo, amigo mío, ancha es Castilla.
Te dejo dos versiones de Ancha es Castilla, la de la izquierda en metal, y la derecha más suave.
Ancha es Castilla-Mägo de Oz, la leyenda de La Mancha
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