No olvides ser feliz
Al igual que un árbol, o una bella flor, fuiste creciendo entre los brazos de tu madre, siendo tan solo una pequeña semilla que se hizo grande y llegó a florecer como solo las mujeres saben. Es tu voz tan suave como los acordes de una guitarra y tu sonrisa es la alegría que hace que hasta los días más negros merezcan la pena. En tu corazón habita la ternura y un amor que cuando alguien lo consigue ganar se entrega sin condiciones.
Escuché decir que Adán fue el primero que puso un pie en este mundo, el primer hombre que pudo descubrir un universo que se mostraba desnudo. Siempre he pensado que aunque él fuese primero en existir, fue Eva la primera que hizo vivir al planeta. La historia, injusta desde sus inicios, la colocó en un segundo lugar, siempre a la sombra de un hombre, que no es más que un igual con el que poder compartir el mundo: un compañero, un amigo, un amante…
La magia que guarda una sonrisa bonita, que por fuera parece frágil y delicada, es por dentro tan fuerte como el metal. Con un alma de niña que le dice cuando sus fuerzas ya no pueden más, pidiendo que alguien la abrace en medio de esa montaña rusa de emociones que te marean en un mundo que pide que seas guapa, controles esos kilos demás y seas incombustible. No olvides nunca que lo más importante en tu vida es que seas feliz, al margen de lo que se espere de ti.
Que debajo de esa bonita melena se encuentre una mente llena de sueños e ilusiones por cumplir, no solo una simple princesa Disney, bonita y linda por fuera, pero que espera ser rescatada de una mazmorra por un príncipe guapo. Que tú no eres un tesoro, que tú eres una mujer, la Cenicienta que le planta cara a su malvada madrastra y no necesita de un príncipe que la haga princesa, o la Rapunzel que sabe que en el amor dos no son uno.
Una mirada que lo dice todo, que me eriza el bello con solo sentir que sus ojos se posan sobre mi. Esa capacidad que tiene de expresar la ternura más grande o la impotencia más desoladora, la tristeza que hace que me ponga en tu lugar y se me desgarre el alma o la bondad más compasiva, la rabia de sentirse infravalorada o la alegría de sentirse amada, acompañada de una sonrisa enamorada. Una mirada, que como ya dijera hace ya algún tiempo es un eco del alma, que sale por tus ojos.
Es tu sensibilidad una pincelada del color del sentimiento más puro a una realidad en blanco y negro, es un punto de vista tan hermoso de la vida que convierte una simple flor en la más bonita de las cosas que esté arraigada a la tierra. ¿Quién puede evitar sentir esa punzada de ternura cuando te ve sonreír de esa manera? ¿Quién no daría hasta su vida por saber qué es lo que piensas en esos momentos, qué es lo que sientes?
De los brazos de tu madre, a tus primeros pasos, como un pequeño brote, una infancia para descubrir un mundo nuevo, una adolescencia para explorar los extraños sentimientos que en tu corazón empiezan a aparecer, una madurez que se fue asentando en tu mente y tu mirada. Poco a poco, a lo largo de tu vida se fue creando esta maravillosa mujer a la que has llegado a ser, un pequeño milagro en la vida de todo aquel que te cruces por el camino.
Con el corazón lleno de ternura y un amor que cuando alguien lo consigue ganar se entrega sin condiciones y una mente repleta de sueños e ilusiones por cumplir. No olvides nunca que lo más importante en tu vida es que seas feliz.
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